VINO MONTES PURPLE ANGEL 2020 ICONO CARMENERE

Montes Purple Angel 2020 Icono Carmenere

Cuando en 1994 el Carmenère reapareció en Chile después de décadas de ocultamiento, muchos productores se subieron al carro del Carmenère, deseosos de embotellar lo que muchos llamaban una variedad "característica" del país. El acercamiento de Aurelio al recién llegado desenmascarado entre ellos fue más cauteloso y no fue un suscriptor inmediato del club de fans del monovarietal Carmenère. "Es de maduración tardía y, como resultado, tiende a tener una acidez baja y un pH alto", dice. “Su sabor puede ser demasiado vegetal y especiado y el vino que produce tiene un potencial de envejecimiento en botella no probado. Necesita madurar completamente, pero no demasiado”. Antes de lanzar su propio Carmenère, Aurelio quería dedicar tiempo a familiarizarse con la variedad y probar sus parámetros. “Seguí diciéndoles a aquellas personas que prácticamente me exigían un Carmenère que les avisaría cuando hiciera uno con el que estuviera contento”, dice. Quería encontrar el terroir adecuado para la uva y establecer la mejor manera de elaborar un varietal Carmenère, antes de romper completamente con el papel histórico de la variedad como uva de apoyo.


Existían grandes riesgos al embotellar una variedad cuyo atractivo para el consumidor se desconocía, y era necesario acercarse a los mercados de forma diplomática. “Tenía miedo porque la gente probaba el Carmenère y decía que les encantaba, pero luego elegían otro vino”, dice Aurelio. Llevó muestras de barricas de Carmenère derivadas de Curicó, Casablanca, Alto Maipo (cerca de Santiago) y partes del Valle de Colchagua a los EE. UU. y otros mercados clave para evaluar la reacción de la gente a los diferentes estilos regionales. Al final, fueron los Carmenère de diferentes parcelas de Marchigüe los que le dieron a Aurelio la confianza que necesitaba en la variedad; Se vinificó la primera cosecha completa en 2003 con resultados muy alentadores. Marchigüe Carmenère es de color púrpura intenso, lleno de sabor y resonante; El clima más fresco de la zona se adaptaba a la uva de maduración tardía y le daba al vino esa acidez y mordiente extra que necesitaba. Junto con su Carmenère más redondo, maduro y voluptuoso de las laderas más cálidas de Apalta, el resultado fue magnífico. Si bien Aurelio podría embotellar vinos de finca de Marchigüe y Apalta -de todas las variedades cultivadas-, todavía le gustan las virtudes de mezclar vinos de las dos zonas bajo la DO Valle de Colchagua, ya que la combinación le resulta “sobresaliente”. Su toque final a la mezcla intravarietal fue la adición de un ocho por ciento de Petit Verdot. El porcentaje del vino secundario es importante. Según Aurelio, si se introduce más del diez por ciento de un vino secundario en una mezcla, el carácter no deseado de ese vino secundario comenzará a mostrarse con demasiada fuerza. Petit Verdot es una uva de piel gruesa que supera su peso con lo que Aurelio describe como sabores "salvajes y agresivos"; es un condimento de uva que incluso en pequeñas dosis puede aportar estructura, taninos y un extra de color.


"Purple Hope" fue la idea inicial bastante tímida para el nombre del vino que, después de una concepción prolongada, tomó vuelo con confianza en 2005 como Purple Angel. Aurelio ahora debe estar contento con el vino: la cosecha de 2011 se incluyó en la lista de los "100 mejores vinos del mundo" del influyente ex editor de Wine Spectator, James Suckling, en 2015.